Fuente: Regina Hellinger
Una investigación reciente sobre vulnerabilidad de Brene Brown (Brown, 2010), ha demostrado que el origen de toda creatividad, innovación y autenticidad es la vulnerabilidad. Para muchos individuos superdotados, su sobreexcitabilidad emocional es la fuente de sus puntos más vulnerables. El descubrimiento de que estas vulnerabilidades son también el origen de su capacidad para utilizar sus dones en forma creativa e innovadora, sirve como una llamada de atención para reevaluar nuestras percepciones sobre esta sobreexcitabilidad y cómo la abordamos en nuestro joven superdotado. A muchos de nuestros individuos superdotados se les ha enseñado, acondicionado, y señalado que oculten su sensibilidad al mundo como medida de protección y por el bien de encajar en la sociedad. Esta nueva investigación plantea la pregunta: ¿Cómo se pueden dar los dones de nuestros superdotados al mundo si están siendo suprimidos y rechazados como si fueran enemigos formidables?
El don de un niño con una sobreexcitabilidad emocional es abatido por la vergüenza de no encajar en la sociedad y no ser «lo suficientemente fuerte» para hacer frente a las cosas que otros son capaces de ignorar fácilmente. A menudo solucionar el problema se convierte en represión de la experiencia y adormecimiento del YO a través de la desconexión. Entonces, ¿Qué sucede ahora? Puede parecer que el individuo se adapta o madura. Los padres, maestros y seres queridos están aliviados. Como resultado, se le envía mensajes de refuerzo a los niños de que su estrategia de negar su auténtico YO es buena.
¿Qué pasa si, en lugar de conseguir que «superen» su sensibilidad extrema, los ayudamos a reconocer, nutrir y apreciar el don que tienen de ser más sensibles que lo que otras personas jamás podrían imaginar ser? ¿Qué pasa si, en lugar de ocultarlo profundamente adentro, los convertimos en modelos de conducta y fueran capaces de explorar que ser profundamente sensibles no sólo puede conducir a experiencias de dolor intenso, sino también a experiencias de intensa alegría, amor y conexión? ¿Qué pasa si, alentamos a nuestros superdotados sensibles a ser valientes para mostrar su YO único y sensible al mundo, tanto en el dolor como en el vínculo? ¿Entonces, qué sería posible para estas almas sensibles? ¿Qué sería posible para los que los rodean?
Me pregunto si es posible que el mayor antídoto para el dolor de ser altamente sensible sea en realidad la alegría de ser muy sensible, en la experiencia de ser vulnerables. ¿Sería la relación con otras personas que están dispuestas a ser vistas por quienes son, la que genera valor para mostrar compasión, incluso por aquellos que encuentran nuestras sensibilidades intolerables? ¿Sería la relación realizada a través de esta compasión la que abra los corazones de los intolerantes para replantearse sus propios YO, en lugar de tener vergüenza de la experiencia sensible de ser ellos mismos? ¿La respuesta a esto es simplemente allanar el camino para que nuestros altamente sensibles abracen lo que son, se amen a sí mismos como son, y se amen a sí mismos lo suficiente como para compartir su auténtico YO con el mundo, sin necesidad de disculpa? La mejor y última pregunta es la siguiente: ¿Qué dones están esperando revelarse desde este lugar sagrado de la vulnerabilidad, y qué impacto tendrá esto en el mundo?
Cita: Brown, Brene. (2010). The Gifts of Imperfection: Let Go of Who You Think You are Supposed to Be and Embrace Who You Are. Minnesota: Hazeldon.